Artista suizo, nace en Berna 1938, vive y trabaja en Ginebra
En la obra pictórica de finales de la década de 1960, Heinrich Richard Reimann (HRR), expresa la vibración de los colores al sonido de los ritmos que orquesta como partituras musicales.
En sus pinturas cercanas al Op Art, la repetición obsesiva de vetas ondulatorias verticales compone el marco para la aplicación de campos policromados. El uso de interacciones de color da unidad a la pintura donde la forma
se somete al color. La creatividad del artista, estimulada por su pasión por la música contemporánea, repetitiva y el free jazz,
le llevó posteriormente a colaborar con músicos.
A partir de 1970 interviene con frecuencia en el espacio público, lo que amplía su campo pictórico más allá de los límites de la superficie pintada. Luego introduce espacios de silencio, figuras geométricas que redefinen visualmente el ritmo y el espíritu del lugar.
A partir de 1980, HRR redujo su vocabulario a formas simples y más efectivas para centrarse en el color, la verdadera base de su investigación. El color es el elemento más impalpable, el más cambiante sobre el que actúa constantemente la experiencia visual del artista. Aplicado con paciencia y rigor, HRR domina un sistema implícito de reglas vinculadas a la naturaleza misma de los colores.
Ya en 1990, HRR diseñó sus primeras pinturas en relieve de madera, construidas como rompecabezas donde cada parte del todo se trata por separado para recibir las muchas capas sucesivas de un color.
Finalmente, el ensamblaje de monocromos da sustancia a la poderosa obra cromática, cuyas gamas resuenan con infinitas variaciones.
Su obra se acompaña de series de acuarelas que realiza desde mediados de la década de 1970. Reflejan una búsqueda constante alimentada por estancias en el extranjero y su interés por otras culturas. Para la ejecución de sus obras
sobre papel, el pintor deposita el color fluido precisamente en capas sucesivas donde la transparencia y las superposiciones dan una gama sutil, sensible a los colores que vienen a modular la veta del papel.
Sus acuarelas son a veces estudios preparatorios para otras obras de gran formato.
La obra pictórica de HRR, intransigente pero poderosa en su diseño y rigor gráfico, rara vez deja lugar a los caprichos del azar ya los fantasmas de la imaginación. Reacio a encerrarse en un movimiento, su trabajo permanece al margen, aunque sea parte de una cierta continuidad del Arte Concreto y/o la Pintura Hard-Edge.
Texto de Nicole Reimann Krattiger 2008