Este cuadro corresponde a lo que se llama una “escena portuaria”, una Hafenszene. Este subgénero pictórico se diferencia de la clásica “marina”, o Meereslandschaft, porque el motivo principal no es el mar en sí, sino las instalaciones de puerto, como muelles, dársenas o diques, con toda su variedad de elementos, labores y personajes. A fines del siglo XIX y principios del XX se desarrolló una mirada cada vez más secular sobre la vida laboriosa de los puertos y las orillas, marítimas y fluviales. Especialmente interesantes son las composiciones que registran de cerca las maniobras de zarpe o amarre, las labores de carga y descarga, las faenas de carboneo, etc. La crudeza de los puertos modernos donde el humo de las chimeneas se confundía con la bruma, y el ruido de los remolcadores se mezclaba con el crujido de las grúas, las voces de marineros y estibadores, y el rumor lejano de la ciudad. Así más o menos debió ser el puerto de Hamburgo hacia 1928 cuando la corbeta General Baquedano, entonces Buque Escuela de la Armada de Chile, remontó el río Elba hasta sus muelles, donde fue retratada por un hábil pintor. El autor de esta obra situó el punto de vista sobre el agua, hacia el centro del río, quizá a bordo de otra embarcación que se aleja, oscilando con las olas. Desde ahí vemos la esbelta nave, que con sus velas recogidas muestra los tres palos y las banderas de Chile y de la Armada Nacional. Situada a la izquierda de la composición, el casco blanco, visto de proa a popa por el lado de babor enfatiza la perspectiva hacia el centro del cuadro, cuyo punto de fuga se pierde, entre el humo de los vapores que se ven al fondo. La embarcación menor que remolca una gabarra hace de contrapunto con el volumen de la Baquedano, dando equilibrio y dinamismo al cuadro. Al mismo tiempo, el humo que se eleva confundido con las nubes y contrasta con la sólida trama de la arboladura, sugiere la magnitud de las distancias. El primer buque escuela de Chile “La Baquedano” Óleo sobre tela 90×120 cm www.galeriasalvo.cl Av. Holanda 2807 Providencia, Santiago de Chile Existen diversas fotografías de la Baquedano, fondeada y navegando, incluso una litografía a color la muestra en el mar con sus velas desplegadas, pero esta es probablemente la única pintura al óleo. Se trata sin duda de una pintura importante pues documenta un aspecto del extenso crucero de instrucción de 1928 al mando del capitán de fragata Julio Allard. Si bien no se conocen datos personales del autor del cuadro, sí podemos conectarlo con la tradición de pintores que en los primeros decenios del siglo XX, con parecida eficacia, registraron el puerto de Hamburgo y su intenso tráfico fluvial. En el contexto de la pintura chilena hay pocas obras que se le parezcan, no obstante, aun siendo el retrato de un buque escuela, el cuadro se acerca a la tradición de los pintores que hacia esos mismos años registraron escenas portuarias en Valparaíso.




